REUNIÓN DE LA COMISIÓN GENERAL
DEL SÍNODO DIOCESANO
Casa de Ejercicios de Santiago
de Compostela, 25/01/2014: 10:30 h. / 15:00 h.
Puntualmente,
a la hora prevista, dio comienzo la reunión presidida por el Sr. Arzobispo, D.
Julián Barrio, auxiliado por el Sr. Secretario del Sínodo, D. Alfonso Novo, y
con la asistencia de los miembros de la comisión: sacerdotes, religiosos y
religiosas, y laicos elegidos para formar parte de la misma.
Se empieza con la oración del Sínodo, dirigida
por el Sr. Arzobispo, quien a continuación dirige unas palabras iniciales
motivadoras para todos los presentes. Y que muy en síntesis recogemos, según
las notas personales tomadas al efecto y no de forma textual, sino con
aportaciones o versión propia, intentando recoger el sentir del prelado.
Dios nos dirige palabras de advertencia
y consuelo, por eso es necesario confiar en lo que Dios hace en cada uno de
nosotros y más en estos tiempos de transición con una fuerte secularización y
con serias dificultades para desarrollar convenientemente la vida religiosa. Se
está produciendo una separación entre el evangelio y la vida social, hay un
distanciamiento entre evangelio y cultura. Podemos preguntarnos si la
Palabra de Dios es Luz de la vida, ya que la Buena Nueva tiene la fuerza
para cambiar nuestra vida. Podemos plantearnos, ¿qué es creer en Dios hoy? Los
tiempos de crisis son tiempos de gracia, en tiempo de crisis surge lo nuevo que
antes no se veía.
Con el proceso sinodal, en el cual
estamos inmersos nos podemos interpelar, intentando trabajar en el sentido de
cómo podría asegurarse el futuro de nuestra Iglesia, nunca perdiendo la
perspectiva de que la Promesa
del Señor siempre se cumple. También intentando un laicado más vivo y
promoviendo una reflexión sobre la imagen, las tareas, los ministerios y
servicios de la Iglesia
y siempre hay que reconocer la presencia y el actuar del Espíritu.
Es preciso un análisis de la realidad y
una prospectiva de futuro, reconociendo la penuria vocacional actual, que hay
nuevas formas de vida y pidiendo una corresponsabilidad más allá de las
estructuras. Adecuar nuestra sensibilidad actual.
¿La Iglesia debe salir de sí misma? Pero, ¿a dónde?
En la línea de lo que dice el Papa Francisco, a la periferia.
En cuánto al Sínodo, muchos pueden
exclamar, ¡dónde nos hemos metido! Y hay quienes quieren dejarlo todo como está
(¡esto en nuestra diócesis!). Mas siempre hay una nueva necesidad de la
conversión y hay que dilucidar qué exige a cada uno de nosotros.
El Sínodo quiere ser una reflexión
conjunta, una oportunidad para el diálogo, pero con un perfil teológico y una
coherencia. Hay que ponerse en actitud de hacer ejercicios espirituales. Y con
el diálogo interior y comunitario buscar la clarificación de cuál debe ser el
papel de la Iglesia,
utilizando la liturgia, la diaconía, el testimonio. Y no perdiendo nunca de
vista de que el Espíritu actúa en nuestra Iglesia Diocesana.
Sintiendo la libertad porque Cristo nos
ha liberado y testimoniando nuestra creencia en Dios ante frecuentes actitudes
de ateísmo agresivo. Debemos reflexionar sobre nuestra participación en la
liturgia y hacerla más espiritual. Los cristianos tenemos que dar razón de
nuestra fe, tal como nos indica el Apóstol Pedro y anunciar con convicción el
Evangelio. Nada nos impide aquí, entre nosotros, ser cristianos y sentir la
experiencia de que Dios conoce todas las cosas.
A
continuación, D. Alfonso interviene realizando un recorrido de los trabajos del
Sínodo. Hubo una reunión de la Comisión
Permanente, durante el mes de julio/2013 hubo Comisión de
relatores. En la actualidad contamos con tres ponencias, que junto a las dos
que faltan, constituirán una base orientadora y de consulta para los trabajos
de los equipos.
Precisamente, al final de sus palabras y de
tener presente las alegaciones enviadas por correo electrónico, así como del
debate y las aportaciones que se produjeron, se somete a estudio y revisión
artículo por artículo el Reglamento o Normas
sobre constitución y funcionamiento de Grupos Sinodales, que con las
modificaciones pertinentes fue aprobado por mayoría absoluta, siendo,
aproximadamente, las 12:00 h. de este día. Se hace una pausa para un café de
trabajo y se reanuda la sesión para el debate y estudio sobre las ponencias,
para ello se tienen en cuenta las alegaciones y sugerencias enviadas
previamente por correo electrónico y después de un rico debate, lleno de
aportaciones, de ideas, sugerencias. Se toma el acuerdo de tener las ponencias
como documentos base de consulta y de iluminación y de proponer a los equipos
sinodales unas fichas de carácter sencillo, práctico y concreto, que faciliten
el trabajo de los mismos.
Finalmente, la Comisión, el Secretario y
el Sr. Arzobispo agradecen el trabajo de los ponentes, así como la
consideración y máxima valoración de dichas ponencias. El Arzobispo pronuncia
unas breves palabras de gratitud y de ánimo para todos. A las 14:00 h. con el
rezo del Ángelus dirigido por el Arzobispo, finaliza el trabajo de estudio y
debate de la Comisión General
y los miembros de la Comisión,
que lo consideraron oportuno, celebraron un almuerzo de fraternidad y de
intercambio de impresiones. Finalizando la jornada de trabajo sobre las 15:00
h.
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